El funcionamiento central es sencillo, desde una fuente de agua, esta se conduce descendiendo hasta una diferencia de altura suficiente que permita utilizar esta energía potencial gravitatoria para pulverizar el agua sobre una estructura base, como puede ser un domo.
Con las condiciones adecuadas, esta agua se congelará de manera más rápida ya que se ha reducido su tamaño. Se genera así un hielo de forma cónica, geometría que permite reducir la velocidad de derretimiento al tener menor superficie expuesta al sol.
Esto nos permite captar y acumular agua durante la época invernal y permitir el acceso a ella en épocas estivales, aumentando el ciclo de derretimiento.